El 14 de agosto, tras la declaración del mpox como emergencia de salud pública de importancia continental por parte de los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades (Africa CDC), la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo reconoció como emergencia de salud pública de importancia internacional.
El mpox, una enfermedad muy contagiosa que se transmite principalmente por contacto estrecho con personas infectadas, ha experimentado un aumento significativo de casos este año, con más de 17.000 casos notificados y más de 500 muertes, predominantemente en la República Democrática del Congo. Los síntomas incluyen una erupción con ampollas, inflamación de los ganglios linfáticos, fiebre y dolores musculares. Los expertos dijeron a Human Rights Watch que la variante actual del virus parece diferir de brotes anteriores, con un aumento de la transmisión heterosexual y la propagación a los niños a través de interacciones estrechas dentro de las familias.
El CDC de África ha hecho hincapié en la necesidad de solidaridad mundial en la lucha contra este brote. El Dr. Jean Kaseya, director general de los CDC africanos, ha pedido a la comunidad internacional que evite medidas punitivas como la prohibición de viajar a los países africanos. Existe una necesidad crítica de apoyo, en particular de acceso a las vacunas, por parte de los países con reservas sustanciales que no están experimentando ningún brote activo. "No castiguen a África", instó Kaseya, señalando el trato injusto que sufrió el continente durante la pandemia de Covid-19 y subrayando la importancia de una respuesta mundial justa y equitativa.
Los expertos en salud mundial han advertido de que el continente africano es "siempre el último de la fila en el acceso a herramientas que salvan vidas". El retraso en el acceso del continente a los tratamientos contra el VIH/sida, a los recursos de respuesta contra el ébola, a las vacunas contra el Covid-19 y ahora a las intervenciones contra el mpox, pone de manifiesto las desigualdades persistentes en el acceso a la sanidad mundial. La respuesta al brote de mpox de 2022, que afectó principalmente a hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, puso de relieve los riesgos de estigmatizar a los hombres homosexuales. Human Rights Watch ha advertido anteriormente de que algunos actores explotan las crisis de salud pública para marginar a los grupos vulnerables y ha subrayado la necesidad de situar los derechos humanos en el centro de cualquier respuesta.
A medida que el brote actual de viruela símica continúa, es esencial que los principios de derechos humanos se apliquen a este desafío de salud pública. Garantizar que todas las personas, independientemente de su ubicación geográfica o estatus socioeconómico, tengan acceso a los recursos sanitarios necesarios no es sólo un imperativo legal y moral, sino un componente crítico para controlar la propagación de ésta y futuras enfermedades infecciosas.
