Venezuela está sumida en una crisis humanitaria agravada por la represión y la mala gestión de Nicolás Maduro. El país sufre una grave escasez de alimentos y medicinas, y más de 3,7 millones de venezolanos han huido, la mayoría hacia otros países latinoamericanos.
Human Rights Watch considera que una de las mejores formas de presionar al Gobierno de Venezuela es mediante un enfoque multilateral liderado por los Gobiernos latinoamericanos. Aumentamos la presión sobre el gobierno venezolano tanto a través de nuestra labor de incidencia de alto nivel como de una campaña en las redes sociales. Actualmente, la presión sobre Maduro nunca ha sido tan intensa.
Revelamos la profundidad de los abusos en Venezuela
Human Rights Watch ha documentado durante mucho tiempo los abusos del gobierno venezolano. Informamos sobre la represión política, colaborando con grupos locales para cubrir la masiva represión de las manifestaciones antigubernamentales en 2014 y 2017. La cobertura mediática de nuestro trabajo, incluso antes de la brutal represión en las calles, ayudó a informar al mundo sobre las medidas de Maduro para socavar la independencia judicial, así como el trabajo de periodistas y activistas independientes.
Fuimos de los primeros grupos de derechos humanos en exponer pruebas de la escasez de alimentos y medicamentos tras visitar hospitales y filas para adquirir alimentos, ambas investigaciones los dimos a conocer en un artículo en profundidad de 2015 y un informe de 2016. Los trabajadores sanitarios y las agencias de ayuda humanitaria nos informaron sobre la grave escasez de medicamentos y suministros, incluidos antibióticos, suturas quirúrgicas y guantes estériles. Con su ayuda, documentamos las condiciones que contribuyen al aumento de las infecciones intrahospitalarias y las tasas de mortalidad infantil y materna.
En colaboración con médicos y especialistas en salud pública de la Facultad de Medicina Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins, descubrimos tendencias alarmantes de malnutrición en adultos, incluidas mujeres embarazadas, y un aumento de la malnutrición aguda en niños. En el informe, ampliamente citado en los medios de comunicación, revelamos otros problemas como brotes de enfermedades prevenibles mediante vacunación, como el sarampión y la difteria, picos de enfermedades infecciosas como el paludismo y la tuberculosis, y aumento de las tasas de mortalidad en todos los venezolanos.
Nuestro informe no solo utilizó la información disponible para revelar la magnitud de la crisis, sino que también demostró que las autoridades venezolanas son en gran medida responsables de ella. El gobierno minimiza y suprime la información sobre la crisis, acosa y toma represalias contra quienes recopilan datos o hablan de ella, al tiempo que hace muy poco para aliviarla. Nuestro informe pidió una respuesta humanitaria a gran escala liderada por la ONU, solicitud que presentamos públicamente ante el Consejo de Seguridad de la ONU en abril de 2019.
Centramos la atención en los abusos de Venezuela
Nos reunimos con presidentes de toda la región y con funcionarios de alto nivel en América y Europa, aprovechando nuestra investigación para instarlos a presionar a Maduro para que restablezca el régimen democrático. Estas reuniones de incidencia contribuyeron a una respuesta regional mucho más fuerte. Esto se puede ver en la creación, en 2017, del Grupo de Lima, compuesto por aproximadamente una docena de democracias latinoamericanas junto con Canadá, que han presionado constantemente a las autoridades venezolanas para que aborden la crisis política, humanitaria, de derechos humanos y económica.
No ha sido una hazaña menor. Tradicionalmente, los gobiernos latinoamericanos se han mostrado reacios a comentar el historial de derechos humanos de sus vecinos. Pero las pruebas de las terribles condiciones en Venezuela, junto con el impacto de la emigración venezolana en sus países, obligaron a los líderes regionales a tomar medidas.
También involucramos a los latinoamericanos para que ayudaran a presionar a sus líderes lanzando una campaña en línea llamada #TodosConVenezuela en 2018. Pedimos a la gente que se pusiera en contacto con algunos líderes latinoamericanos y pidieran que le dijeran a Maduro “ya basta”. La campaña, en la que participaron alrededor de 1,6 millones de personas, contó con la participación del cantautor superestrella Ricardo Montaner, un argentino que creció en Venezuela.
Además, durante las protestas del año pasado, recopilamos imágenes de las redes sociales, comprobando su exactitud, en un breve reportaje en vídeo que se hizo viral. Cuando la Organización de Estados Americanos (OEA) celebró una sesión especial de líderes regionales para abordar la represión del gobierno de Venezuela, el Secretario General Luis Almagro terminó la reunión mostrando nuestro reportaje de vídeo.
Los resultados de nuestra incidencia
Gracias en parte a nuestra labor de incidencia, por primera vez algunos gobiernos latinoamericanos impusieron sanciones selectivas a dirigentes venezolanos claves implicados en la represión y la corrupción.
Nuestros esfuerzos también contribuyeron a aumentar la condena mundial de Venezuela. La primera resolución del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas que condenaba la situación en Venezuela fue un esfuerzo liderado por gobiernos latinoamericanos; y llevó a la imposición de sanciones selectivas por parte de la Unión Europea, Canadá y Estados Unidos.
Además, compartimos nuestras conclusiones con la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI). En febrero de 2018, el fiscal de la CPI abrió un examen preliminar sobre las denuncias de abusos en Venezuela para determinar si se han cometido crímenes de lesa humanidad.
El trabajo continúa
Mientras se desarrolla la lucha política entre Nicolás Maduro y Juan Guaidó, el presidente de la Asamblea Nacional que desafía el control de Maduro sobre la presidencia, la represión y la escasez siguen agravando el sufrimiento del pueblo venezolano. Durante el próximo año, seguiremos documentando la crisis en Venezuela y en la región, aumentando la presión sobre el gobierno venezolano. Trabajaremos con actores internacionales clave para enviar el mensaje de que los responsables de los abusos acabarán rindiendo cuentas, y seguiremos abogando por que el liderazgo de la ONU ponga en marcha una respuesta a gran escala para hacer frente a la emergencia humanitaria.